Una piel limpia es el primer paso para tener una piel radiante y sin imperfecciones. Aunque los limpiadores permanecen poco tiempo sobre la piel, es imprescindible que su fórmula y sus ingredientes sean de la máxima calidad y la limpien respetando su barrera cutánea. Da para escribir un libro: ¿doble limpieza o un solo paso? ¿Jabonoso o en aceite? ¿Con o sin espuma? ¿Que aclare o que se retire con una muselina? Leche, agua micelar, aceite, bálsamo, gel, loción espuma… elige el limpiador natural que más vaya contigo y disfruta de una piel impoluta.