Eva y Aroa, dos hermanas madrileñas, imaginaron un país donde la belleza no viene impuesta por cánones estereotipados, sino que es tan diversa y plural como son las mujeres que lo habitan. A ese país, que es el lugar donde nació su propia marca de cosmética, lo llamaron Beautyland.
Su inspiración fue la Alicia de “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll, esa niña curiosa, segura e independiente, tan alejada de esas perfectas princesas de cuento que esperan ser rescatadas. Auténtica e inconformista, Alicia interpreta el mundo desde su propia óptica, y vive la vida como una gran aventura, buscando siempre nuevas perspectivas.
Alice in Beautyland se caracteriza por dar un original giro al maquillaje que todos conocíamos hasta ahora, utilizando piedras preciosas y semipreciosas en sus fórmulas, no sólo atraídas por su belleza, sino también por sus diversas propiedades cosméticas y litoterapéuticas.
En Alice in Beautyland utilizan dos piedras preciosas: el diamante y el rubí, que en forma de polvo se convierten en extraordinarios reflectores de la luz que aportan un halo muy especial, ayudan a la microcirculación de la piel y tienen efectos cicatrizantes.
Como portadoras de vitalidad y perfeccionamiento del tono de la piel, incluyen polvo de amatista, piedra luna y polvo de perlas.
La llave dorada que abre la puerta de Beautyland siempre ha estado ahí, y Alice la ha vuelto a encontrar.