El uso de las propiedades medicinales de la corteza de sauce viene de lejos.
Hipócrates ya escribió en el siglo V a.C. sobre una sustancia amarga que se extraía de la corteza del sauce que calmaba los dolores y paliaba la fiebre. También los indios nativos lo utilizaron para los dolores musculares o de cabeza.
Después se comprobó científicamente que la responsable era una sustancia que contenía: la salicina (antecesora de la aspirina), que tiene propiedades analgésicas, que reducen la sensación de dolor, antiinflamatorias y antipiréticas.
De la salicina se obtiene el ácido salicílico, uno de los ingredientes anti-imperfecciones más respaldados científicamente. Un gran aliado contra el acné ya que es antiinflamatorio, seca los granos, penetra en el folículo desincrustándolo (por lo que se produce una reducción de los poros haciéndolos menos visibles), elimina la capa superficial de la piel, las células muertas, y hace que se reduzca la producción de sebo.